SIEMPRE LISTOS PARA SERVIR

Entonces los justos le responderán:

“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer; o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos; o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”

Y el Rey les dirá:

“En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”. Mateo cp. 25 v 31-46

Llegando de unas lindas vacaciones me sorprendió el saludo de algunos niños de grado 5º: “Miss… ¿cómo te fue en tus vacaciones? ¿Ya vamos a ir a la Fundación, verdad? ¿Qué vamos a llevar? ¿Qué tenemos que hacer?, entre muchas otras preguntas más que me llenaron el corazón de amor e ilusión para emprender una vez más la travesía de llevar a los más necesitados el amor y el mensaje de fraternidad de nuestros niños. Y así, con esta motivación, iniciamos el camino para alistar nuestra visita a la Fundación “María, madre de los niños”.

En nuestras clases de Formación Humana acordamos las actividades que llevaríamos a cabo; donaríamos juguetes en buen estado, compartiríamos onces, bailaríamos, colorearíamos mandalas, jugaríamos fútbol y decoraríamos con bombas, además de llevarle de presente a cada niño un kit de útiles escolares.

En los descansos iniciamos la ardua labor de armar todos los kits que llevaríamos. Lo más hermoso fue que los niños de grado 6º, quienes ya conocían la Fundación por el trabajo del año anterior, se unieron de forma voluntaria y amorosa a la causa, ayudándonos a terminar más rápidamente esta hermosa tarea.

Así, llegó el día y partimos para la vereda Fonquetá en el municipio de Chía, Cundinamarca, en compañía de los Directores de Curso y algunos co-asesores. En la Fundación nos recibió la directora y nos contó la misión que adelantan con estos niños a quienes se les ha vulnerado el derecho a la protección y el amor de una familia, pues son niños víctimas de violencia intrafamiliar y abandono. Nos dieron un recorrido por las habitaciones y sitios de estudio de los niños y luego nos los presentaron. Jugamos, bailamos, hicimos figuras con bombas y compartimos una rica pizza que les habíamos llevado. Fue una mañana realmente emotiva.

Como siempre, la despedida fue muy dura. Nuestros niños estaban muy conmovidos y tristes de partir.

Ya en el colegio, realizamos el cierre de la actividad, espacio en el que los niños socializaron los aprendizajes de esta bonita y significativa experiencia. Expresaron como un gran aprendizaje, la necesidad de valorar el amor y los cuidados de sus familias. Uno de ellos expresó: “Me di cuenta que en mi casa

no hago casi nada, que todo me lo hacen, y estos niños hacen de todo, hasta su propio pan”.

Nos contaron también que próximamente algunos niños harían su Primera Comunión y otros recibirían el bautizo. La pregunta inmediatamente fue, “¿en qué podemos ayudar? Y así, emprendimos una nueva campaña para acompañar y hacer más amena esta gran celebración de fe; entre niños y profesores compramos bombas y festones, y un grupo de docentes regalamos el ponqué para que los niños pudieran sentir que queríamos celebrar con ellos su encuentro con Jesús.

¡Gracias a todos por aportar tanto amor para esta Fundación!