El pasado 05 de marzo, la comunidad colombo americanista llevó a cabo la celebración del miércoles de ceniza, enmarcado en la tradición católica como el inicio de la Cuaresma. La jornada que inicio desde tempranas horas de la mañana, se vivió con una profunda carga espiritual que logró ser la oportunidad para hacer un alto en el camino, mirar el interior de nuestros corazones y renovar nuestros compromisos con la misericordia y la solidaridad.
El Miércoles de Ceniza fue un día para la inclusión, la unión de la comunidad y la puesta al centro de los valores como la empatía, el respeto y el compromiso con el bienestar y el desarrollo espiritual propio y de los demás. Estudiantes, docentes y personal administrativo participaron en varios de los momentos propuestos a lo largo de la jornada escolar, donde el acto simbólico fue más allá de la imposición de la ceniza, para quienes profesan la fe católica.
La celebración del Miércoles de Ceniza en el coliseo del colegio se desarrolló en un ambiente de profunda reflexión espiritual. El evento estuvo centrado en la parábola del buen samaritano, complementado con una actividad simbólica que involucró un árbol de los deseos. Esta estructura, inicialmente vacía, se fue transformando gradualmente en un árbol floreciente gracias a las contribuciones escritas de estudiantes y colaboradores, quienes plasmaron sus reflexiones sobre la vulnerabilidad humana y sus compromisos de transformación personal.
La ceremonia litúrgica fue presidida por el Padre Frank Enciso, miembro de la Congregación Religiosa Clérigos de San Viator, en colaboración con el equipo docente del área de formación humana del CAS. Durante el acto, se invitó a la comunidad estudiantil a reflexionar sobre diversas problemáticas tanto globales como locales, incentivando un compromiso activo hacia el cambio social y personal. Esta significativa celebración marcó el inicio del período cuaresmal y sirvió como un recordatorio esencial sobre la importancia de hacer una pausa en medio de la vida contemporánea para reflexionar y renovarse espiritualmente. El Miércoles de Ceniza se consolidó como una jornada memorable que invitó a todos los presentes a emprender un camino de transformación y renovación interior.