Para esta publicación el área de ciencias cuenta con la participación del profesor Gustavo Ramírez de Física y la profesora Ana Romero de Sistemas Ambientales y Sociedades, quienes responderán la pregunta, ¿Por qué soy profesor de ciencias?, esperamos que puedan conocer un poco más cada uno de ellos en este espacio.
Gustavo Ramírez:
Ser profesor de ciencia implica no renunciar a algo esencial: la curiosidad. Desde niño, buscaba encontrar una razón o fundamento de lo que observaba a mi alrededor. La sorpresa ante el comportamiento del sonido, la luz, la electricidad y más, fueron parte de mi decisión de estudiar física. Una ciencia apasionante desde lo conceptual, retadora desde lo intelectual, y, gratificante desde su conocimiento y uso, para entender cada época de la historia humana.
Sin embargo, más allá de lo anterior, lo maravilloso de ser profesor de ciencia es poder en un aula de clase alimentar el deseo no sólo de que los estudiantes aprendan teorías, leyes, entre otras, sino que su curiosidad nunca se apague.
Ana María Romero:
Aunque leer es mi pasatiempo favorito, entender el mundo natural siempre fue mi ambición académica. Soy bióloga porque desde niña quise aprender sobre animales y, desde el primer semestre de la carrera, me enamoré de las plantas. Al ser profesional, entré al mundo de la docencia y me volví a enamorar, pero esta vez de la educación. Con cada año he aprendido más de las ciencias naturales y me cuestiono cada vez más sobre el mundo, el natural y el social.
Ahora que soy profesora de Sistemas Ambientales y Sociedades entiendo perfectamente mis ansias por comprender cómo funciona la naturaleza y cómo funciona la sociedad, pero sobre todo, ahora entiendo que esas ansias son simplemente la necesidad de querer sanar una con la otra: sanar la relación entre el mundo natural y el social, en los que vivimos todas y todos.