En un mundo en proceso de globalización y que exige nuevas formas de comprender la realidad, la reflexión y el pensamiento crítico se vuelven en pilares fundamentales dentro de nuestra educación.
Al finalizar el pasado mes de mayo, se llevó a cabo la exposición de la asignatura de Teoría del Conocimiento, propia del Programa del Diploma del Bachillerato Internacional. Este evento reunió a diferentes estamentos de la comunidad educativa (estudiantes, padres de familia, docentes y directivos) en un espacio de aprendizaje, en el que, a través de la ubicación de tres objetos de la realidad, cada estudiante dio respuesta a una pregunta de conocimiento planteada previamente. Con ello fue posible conectar los aprendizajes alcanzados sobre el conocimiento y los agentes allí implicados con lo que ocurre en la vida cotidiana.
Más que un evento académico, este espacio representó una de forma de comenzar a cerrar un proceso de dos años dentro del Programa, a través del cual no sólo se consolidan habilidades relacionadas con la indagación, la reflexión, la comunicación, la mentalidad abierta, sino con la posibilidad de ver y entender el mundo desde múltiples perspectivas, es decir, asumir que existen varios enfoques para abordar las preguntas e inquietudes que se producen continuamente en las personas, en la sociedad y en el mundo.
A nivel personal, los aprendizajes adquiridos en este proceso van más allá de lo ocurrido en el interior de un salón de clases. Esto demuestra que este tipo de espacio prepara para ser personas pensadoras e íntegras, que superan los sesgos, aprenden continuamente de sí mismos y de los demás y reconocen que no todo se ha dicho por completo. Es un acto de consciencia.